Jugar al pádel es relativamente sencillo, y esa es una de las claves de su éxito. Se practica en parejas, con una pala sólida sin cuerdas y pelotas similares a las de tenis, aunque ligeramente despresurizadas. El saque debe realizarse por debajo de la cintura y el juego incluye, de manera estratégica, el rebote en las paredes laterales y de fondo.
La puntuación es la misma que en el tenis (15, 30, 40, juego), y los partidos suelen disputarse al mejor de tres sets. Una particularidad táctica es que las paredes permiten defensas y contragolpes que enriquecen el ritmo del juego.
Aunque se puede jugar a nivel recreativo desde el primer día, el pádel cuenta con circuitos profesionales, torneos amateurs y una gran variedad de estilos de juego, que lo convierten en una disciplina en constante evolución.